Revolución.
No quiero recriminar ideales,
porque mi corazón es de izquierdas,
pero mi boca desea ser monárquica
para ser la única que reine
en el extenso de tu territorio.
Se acabaron los extremos,
excepto el de tu lengua,
porque me declaro Presidente
de la República Independiente
de tus ojos.
Rojos, de las noches sin dormir,
amarillos, por querer ser como las margaritas,
y morados, morados por defender tu libertad.
Así que..
¡Grita!
¡Grita!
¡Grita!
Por favor,
grita,
que a mi
ya me han abolido la alegría.
Llórame, o lloremos,
hasta que llueva,
nos mojemos,
crucemos el puente
libres e independientes,
amantes de la revolución.
Atrapar al amor entre comillas,
al amor entre tus piernas,
pequeña revolucionaria,
amante de la revolución.
sábado, 28 de junio de 2014
Revolución. [Primera Parte]
Revolución.
Anarquía personal,
y el cambio
que sufrirán las calles
de los corazones
que comen debajo
de los puentes,
aquellos que comunican
a la misma vez,
las almas
de aquellos dos.
Benditos puentes
y maldita invención
la del dinero.
El mayor opositor
a la libertad,
el amigo del miedo.
La ausencia
de dinero
es mi verdugo,
me ha matado
el no ser rico,
cuando sólo soy una persona
que quiere ser feliz.
Llegará el día,
en el que los corazones
tengan más valor
que las monedas y los billetes,
y entonces, sólo entonces,
será cuando los puentes
dejen de proteger a las personas,
para unirlas.
miércoles, 11 de junio de 2014
Sin título aparente el de tu muerte.
Autodestrucción,
marginación al amor
como a la lluvia,
porque soy uno de los pocos
que la aprecia,
más sola que la una,
las dos, las tres, las cuatro,
hasta las cinco
despierto,
odiando la cama,
y soñando
con que hay alguien más
que el viento
acompañándome
esta noche.
Estoy ausente, lo sé,
pero también sé
que por h o por verte
voy a morir entre todas
las calles de color carne
que me dé por descubrir.
Para autodestrucción,
la mía.
Mi cabeza, revienta
no lo soporta
a tientas
que posea estabilidad
que antes poseía.
Mi poesía
y tú como poesía,
que si te mueres
mi poesía también,
pero que si me muero
mi poesía seguirá
andando por ahí
libremente.
Así que por favor,
mátame
para que te importe.
Ya que vivo
no lo hago
ni lo haré,
ya que he muerto
para saber
que un día
te importé.
marginación al amor
como a la lluvia,
porque soy uno de los pocos
que la aprecia,
más sola que la una,
las dos, las tres, las cuatro,
hasta las cinco
despierto,
odiando la cama,
y soñando
con que hay alguien más
que el viento
acompañándome
esta noche.
Estoy ausente, lo sé,
pero también sé
que por h o por verte
voy a morir entre todas
las calles de color carne
que me dé por descubrir.
Para autodestrucción,
la mía.
Mi cabeza, revienta
no lo soporta
a tientas
que posea estabilidad
que antes poseía.
Mi poesía
y tú como poesía,
que si te mueres
mi poesía también,
pero que si me muero
mi poesía seguirá
andando por ahí
libremente.
Así que por favor,
mátame
para que te importe.
Ya que vivo
no lo hago
ni lo haré,
ya que he muerto
para saber
que un día
te importé.
sábado, 7 de junio de 2014
Quiero más.
Hoy, nos ha apetecido
olvidar nuestros labios
por un momento.
Hacer que nuestras pelvis,
se unan en una sola canción
al ritmo de nuestras respiraciones.
Dejar de pensar
en la manera más sencilla
de no hacer ruido.
Sólo centrarnos,
en la manera más bonita
de que nuestros labios
griten al unísono
“Quiero más”.
Importarnos,
sin necesidad
de haber muerto antes.
Abrazarnos,
sin ni siquiera
haber entrelazado palabra.
Morir,
por abracadabra,
En cualquier esquina
de tu espalda.
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