La noche es de los poetas
que intentan descubrir
que es eso del amor
mediante palabras
y besos en
la nuca.
Pero es que el amor
existe en la cabeza
y en los labios,
y tú,
tú existes en cada
escalofrío
de mi piel.
Te recito besos
y te saludo
con un verso.
Y los versos que quedan incompletos
los rellenaremos a base
de recitarte besos.
Es un círculo vicioso
como tu cuerpo,
el círculo infinito
de no saber
por dónde empezar
a recitarte.
Yo que si por el cuello,
tú que si por la boca
y a nosotros que
nos da igual
mientras empecemos.
Y no será
ante el aburrimiento
y la desesperación
dónde nos encontraremos
porque los de querernos
será por primera
y última vez
dónde no existe el tiempo.
Los versos.